martes, 30 de agosto de 2011

Túneles y viaductos por la vía verde de Ojos Negros




VALENCIA (VP). La pequeña ruta se inicia en Barracas, aunque dada la proximidad del pueblo de El Toro conviene realizar una visita a esta peculiar localidad y conocer el entramado urbano en el que se conserva, en muy buen estado, la arquitectura tradicional. En pleno centro, en la Plaza Mayor, nos encontraremos con la fuente del Járiz, construida a finales del siglo XVIII con piedra negra de sillería. 

En Barracas, encontramos perfectamente señalizado el inicio de una vía verde. Es pueblo marcado por la historia como lugar de paso entre Valencia y Zaragoza y fue foco de conflictos en el siglo XIII y XIV entre Teruel y Jérica, puesto que ambas localidades lo querían parte de sus dominios. Por ello, a lo largo de la historia ha sido un lugar de parada y hospedaje. Barracas está situada a una gran altitud, en torno a mil metros, y en una llanura, por lo que esta zona es conocida como el altiplano de Barracas. El trayecto ideal comienza por la vía verde. A nuestro alrededor, crecen extensos campos de cereales que confieren a la llanura diferentes cromatismos en función de la época del año y el ciclo biológico del grano. Forman también parte del paisaje en la actualidad los enormes molinos de viento que generan electricidad eólica. 

Dejamos la inacabable recta que nos conduce por el altiplano de Barracas y nos encontramos con una zona montañosa cortada para el paso del tren. En el desmonte podremos observar, de forma muy didáctica, ciertos detalles geológicos de los materiales calizos de la zona: forma y dirección de los estratos, potencia, composición y color. El desmonte es un tramo de itinerario sugerente, agradable y original entre una bien conservada vegetación de encina, pino carrasco y matorral. En un suave descenso nos encontramos con la estación de Torás Bejís. La estación, obviamente ya abandonada, posee ese misterio de los espacios que fueron habitados y ya están en desuso.

Puede ser un buen lugar para realizar una parada. Existen, además de la estación, otras casas alrededor abandonadas. Seguimos nuestro camino tras el refrigerio y ahora la vía verde describe dos curvas muy pronunciadas e inicia un descenso prolongado mediante tres túneles encadenados que atraviesan las, en otros tiempos, afamadas cuestas del Ragudo. Estos túneles que atravesaremos son los primeros de un total de siete que cruzaremos durante nuestra ruta ya que existe otro pero está cegado.

La infraestructura original de la vía del ferrocarril desde Teruel a Sagunto constaba de catorce túneles y treinta y siete viaductos. Emociona, como pocas cosas a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana, poder descender el escalón natural del puerto del Ragudo, salvándolo con esta serie de túneles que, con apreciable pendiente, hacen rememorar sin pedaleo la velocidad del viejo tren de carbón. Entre túnel y túnel se abren bellas panorámicas sobre el entorno más inmediato y sobre el valle del Alto Palancia en dirección al mar. 

Los túneles, perfectamente iluminados pero conservando un halo de misterio, sorprenden en verano por un frescor digno de la mejor cueva. En invierno nos permiten refugiarnos de las inclemencias del tiempo. Podemos encontrar en las cuestas del Ragudo curiosas formaciones de aguas temporales llamadas navajos o lavajos, piscinas de lluvia como el Navajo de Zalón, donde se generan pequeños ecosistemas con una rica biodiversidad poco estudiada hasta el momento. Por las cuestas del Ragudo veremos bosques, principalmente de pino carrasco, y también, conforme vayamos descendiendo, cultivos de olivos y almendros. 

A derecha e izquierda veremos edificios de viejas masías humanizando el paisaje. Una de las más conocidas es la masía del Ragudo, que además de justificar su existencia con la explotación de las tierras circundantes estuvo ligada al eje de comunicación que históricamente ha unido Aragón con el Reino de Valencia hasta la construcción de la carretera N-234. Por ella debían pasar necesariamente las caballerías y carruajes que circulaban entre Aragón y Valencia. Hoy tan sólo son un grupo de edificios que conforman un entorno agradable de gran valor agro-ecológico entre campos de almendros rodeados de bien conservadas masas de pino carrasco. Cercana a la vía verde y vinculada a la masía se localiza la fuente del Ragudo. Su generoso caudal es utilizado para el abastecimiento y el riego de pequeñas huertas en las masías del Ragudo, del Sordo y de Parrela.
La fuente se localiza en un entorno de gran belleza, entre grandes zarzales, campos de almendros, olivos y las primeras huertas con frutales en regadío. Según diferentes especialistas, la composición físico-química de estas aguas la convierten en las de mayor calidad del término municipal de Viver. El rincón es de los que invitan a la parada relajante y al baño en verano. Más adelante la vía verde salva y bordea el barranco del Hurón, encantador paraje en el que destaca la presencia de diferentes árboles frutales en regadío (perales, cerezos) junto a la vegetación de ribera del barranco compuesta por chopos, zarzales y juncos. El lugar es de gran valor botánico y belleza paisajística.
No es inusual la presencia de algún rebaño de ganado lanar como testimonio de que, aún de forma marginal y con rendimientos cercanos a la autosubsistencia, las gentes de la comarca mantienen esta tradicional forma de explotación ganadera. Conservan, de esta manera, el contacto con la naturaleza, los aires limpios, el agua de fuentes que sólo ellos conocen y disfrutan y el amor a las montañas que les vieron nacer. Llegamos ahora al viaducto más espectacular de los que nos encontraremos en la vía verde de Ojos Negros, el de la Fuensanta.
Paralelo al viaducto de la vía verde, encontramos también el de RENFE. Ambos salvan, de esta manera, el barranco de la Fuensanta. Una vez recorrido el viaducto podemos salir en un viaje de ida y vuelta por un caminito que desciende a mano izquierda con el fin de refrescarnos en el manantial de la Fuensanta. Este manantial sin fuente abastece, junto a otros, las huertas de Benafer, Caudiel, Viver y Jérica. Se trata de un precioso rincón en el que podremos observar con claridad la ingente obra de ingeniería que suponen las infraestructuras de los viaductos. Seguimos por la vía verde y, tras pasar por la estación de Caudiel, nos adentramos en otro túnel. Resulta especialmente bella la espectacular vegetación que ha cubierto las paredes de desmonte de acceso al túnel.
La salida del túnel coincide con la villa de Caudiel, que ofrece a sus vecinos y visitantes un agradable entorno urbano. El pueblo, situado en un pequeño cerro, queda dividido en dos por un pequeño barranco. Desde Caudiel, saliéndonos de la ruta, puede ser interesante una visita a la torre del Molino y su entorno natural. No están claros los orígenes de la torre y hay quien se la atribuye a Aníbal y quien considera que se construyó en la época medieval. Ha sido restaurada hace poco, y tiene forma cilíndrica y está construida con material de conglomerado de piedra y cal que une los bloques de piedra regulares. La torre está cubierta con una cúpula revestida de tejas. En los alrededores de la Torre encontramos instalaciones acondicionadas con parque, mesas, bancos y paelleros.
Pasado el pueblo de Caudiel continuamos por frondosas arboledas. A nuestra derecha quedan los restos de lo que fue un bosque de pinos que sucumbió ante el fuego y, al fondo, se levanta imponente la Serra d'Espadà. La vía describe un cerrado semicírculo para rodear el monte Royo, llamado así por su tierra rojiza. Continuamos por un gran terraplén, en el que se ha acondicionado otra área de descanso con buenas vistas sobre el llano de Novales. A partir de este momento se inicia un tramo con una difícil orografía que obligó a los constructores a realizar, sin solución de continuidad, el viaducto del Cascajar, el túnel bajo la carretera de Caudiel, una trinchera enorme, el túnel de Jérica, otra trinchera profunda, un túnel bajo la vía de RENFE y un terraplén alto. La primera trinchera es realmente impresionante y el túnel tiene tantas filtraciones que, con el tiempo, el agua ha dejado en los muros unas bandas de colores según era la tierra por donde se filtraba. Dejamos atrás el túnel, el más largo del recorrido, con 520 metros, y aparece ante nosotros el pueblo de Jérica.
Desde aquí podemos observar una de las más reconocidas estampas del territorio valenciano, con el castillo de Jérica coronando la localidad y con la única torre múdejar valenciana. Dentro del pueblo deberemos visitar todo este entorno que incluye el casco antiguo, declarado conjunto histórico-artstico. Cabe decir, también, que en Jérica existen diferentes vías para el deporte de escalada reconocidas internacionalmente. En este punto vemos a nuestros pies por primera vez el río Palancia, del que no nos alejaremos mucho hasta el final de la vía. Dejamos atrás el pueblo de Jérica y, pasada la depuradora, descendemos por otra larga trinchera hasta llegar al puente sobre el río Palancia cruzado por un largo viaducto de elegante factura, enfrentado al puente de la carretera. Seguimos y encontramos una área de descanso y la antigua estación de Jérica, que, como todas las estaciones de la antigua vía del ferrocarril, tiene una balsa que servía para abastecer de agua a las locomotoras de vapor.
Seguimos entre pinos y algarrobos y nos topamos con otro túnel muy corto pero excavado en roca viva. La iluminación del túnel nos permite apreciar la impresionante obra. A la salida encontramos diferentes miradores que nos permiten atisbar el pantano del Regajo. A continuación atravesamos el último túnel de la ruta y salimos a lo que fueron las instalaciones de la cantera de Navajas, de donde salió la piedra de toda la obra. En esta zona se ha instalado una área de recreo con magníficas vistas al pueblo de Navajas, que parece colgado sobre el río.

Dejamos la vía verde para visitar el recoleto pueblo de Navajas. El origen musulmán del pueblo se percibe en las angostas y quebradizas calles. Pero lo que ha dado más fama a Navajas como lugar tradicional y pionero del turismo de interior son sus manantiales, canalizados en fuentes de decoración y estilo decimonónico. Entre todas ellas destacamos la Fuente de los Baños, que tiene unas aguas estimadísimas por sus propiedades curativas que fueron elogiadas ya por Cavanilles en su Geografía del Reino de Valencia. Junto a Navajas, el río Palancia forma un pequeño cañón. En él se forman espectaculares cascadas de agua como la Cascada del Brazal o el salto de la Novia. Se trata de zonas perfectamente acondicionadas en las que la naturaleza ofrece un espectáculo que los habitantes del pueblo no dudan en calificar como El Edén.

La leyenda local también habla de la historia que dice que, cuando las parejas iban a casarse, las novias debían de saltar el río en este punto y, si lo lograban, el matrimonio sería feliz. Pero hubo una vez que una de ellas no lo logró, siendo atrapada junto con su novio, que se lanzó a rescatarla, por un remolino del río, falleciendo ambos. Y es que este rincón de la naturaleza es tan especial y posee tanto embrujo que no resulta difícil entender que haya sido objeto de creación de historias poéticas y literarias.

lunes, 29 de agosto de 2011

El Toro se convierte en capital provincial de la astronomía - Verano - El Periódico Mediterraneo


REDACCIÓN 11/08/2011


Los aficionados a la astronomía acudieron a la conferencia Descubre el cielo de verano que ofreció el pasado domingo Jordi Cornelles, de la Asociación Valenciana de Astronomía, en la localidad castellonense de El Toro.

Posteriormente, sobre las 23.00 horas, se convocó a los asistentes en la Hoya de San Roque, paraje junto a la ermita, donde Cornelles y su compañero Paco Izquierdo procedieron a la instalación de telescopios y a una clase práctica de observación de los astros que tuvo una multitudinaria aceptación. Los cráteres de la luna, la constelación M13 y varias estrellas que forman parte de la mitología astronómica deslumbraron a los presentes hasta altas horas de la madrugada.
La Asociación Valenciana de Astronomía está compuesta por dos centenares de socios y esta dividida en varias secciones dedicadas a estudios o actividades concretas, como al seguimiento de asteroides, ocultaciones de estrellas por la luna o la observación de estrellas dobles.
La entidad realiza actividades periódicas en el Centro Astronómico del Alto Turia y mensualmente se programan salidas de observación a lugares específicos de cielos limpios y sin contaminación lumínica, como el del municipio de El Toro.
Este encuentro forma parte del programa de fiestas patronales organizadas por los clavarios del año en curso y de su invitación para descubrir aspectos desconocidos al turismo tradicional de los meses de verano.
Los aficionados tendrán una nueva cita, esta vez en Castellón, en la 20 edición de las jornadas de Astronomía del Planetario, en las que se ofrecerán como todos los años diferentes conferencias y exposiciones centradas en la situación actual, los descubrimientos y las participaciones, la historia de la ciencia y otros temas de gran interés popular.
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/verano/el-toro-se-convierte-en-capital-provincial-de-astronomia_677320.html

miércoles, 10 de agosto de 2011

Sierra del Toro - Mashpedia en Español: Enciclopedia en tiempo real


La sierra está constituida principalmente por materiales calcáreos con un claro predominio del periodo jurásico presentando abundantes restos fósiles marinos.


Debido a su situación se constituye como una importante barrera divisoria de aguas contribuyendo los arroyos nacidos en su sector oriental a alimentar el cauce del río Palancia (cuyo nacimiento se encuentra dentro de la propia sierra) mientras que los de la vertiente occidental alimentan al Mijares por el norte y al Turiapor el sur.
Debido a la dureza climática, debida tanto a la altitud como a la lejanía respecto al mar la zona se presenta una baja densidad de población lo que ha permitido que aún siga existiendo una gran variedad tanto de flora como de fauna. Destacando entre la flora la encina y la sabina en combinación con el . Conforme aumenta la altitud dejan paso a la pinar de pino rodenopino rojo y pino negral. Por último, en las zonas más altas la vegetación se reduce a una cubierta almohadillada adaptada perfectamente a los fuertes vientos existentes destacando por tanto la sabina rastrera o el .
En cuanto a la fauna se encuentra representada mediante diversas especies cinegéticas como el conejo, la liebre, la perdiz o el jabalí. Otras especies como elcuervo o la graja han aprendido a convivir con el hombre y son frecuentes junto a las diversas masías existentes. Por último, otras especies de gran interés son elgato montés, el águila culebrera y el azor. En los últimos años se ha venido constatando en estos parajes la migración y asentamiento de especies como el corzo, ciervo y cabra hispanica.
Debido al magnífico estado de conservación de la sierra el gobierno valenciano ha declarado como parajes naturales municipales el entorno del Pozo Junco , y el entorno del nacimiento del río Palancia, cursos bajos del río agualobos, rio resinero y rambla seca en el término de el Toro así como parte dePeñaescabia en el de Bejís.
http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_del_Toro

Finaliza la II Vuelta en Carro tras recorrer 16 pueblos del Alto Palancia y el Alto Mijares - Levante-EMV

Finaliza la II Vuelta en Carro tras recorrer 16 pueblos del Alto Palancia y el Alto Mijares - Levante-EMV


RAFAEL TUDÓN, EL TORO:

Este fin de semana llegó a su fin la segunda edición de la Vuelta en Carro por las comarcas del Alto Palancia y el Alto Mijares tras recorrer 16 municipios, durante cuatro días. Esta iniciativa organizada por el Centro de Desarrollo, Información y Promoción Rural del Alto Palancia de la Diputación de Castelló, ha contado con la colaboración de la Fundación Intercoop y estuvo patrocinada por Bancaja y Ruralcaja. La idea nació con el fin de mantener las tradiciones y memoria por las costumbres de antaño de las comarcas de interior, contribuyendo a su dinamización y fomentando la hermandad entre pueblos.

Gastronomía y tradiciones
El viernes carreteros y jinetes salieron de Barracas en los primeros albores del día para dirigirse a El Toro, donde fueron ovacionados a su llegada durante la mañana del sábado. De esta manera afrontaban la recta final de un trayecto que empezó el miércoles en Jérica.
La nueva edición de la Vuelta en Carro contó con casi una cincuentena de participantes que pudieron degustar la rica gastronomía torana que se sirvió durante el almuerzo en la que no faltaron los embutidos típicos, el sabroso jamón y los largos tragos de cazalla entre cánticos y buen humor. 

Después de refrescarse y ajustar las caballerías emprendieron el camino hacía Bejís donde las autoridades locales les dieron la bienvenida, haciendo una parada para comer. Por la tarde reiniciaron su trayecto que les llevó a Teresa, municipio donde quedaron instalados para pasar la noche. Finalmente ayer, tenía lugar la última jornada, con paso por Viver y la vuelta al punto de partida en Jérica.


martes, 9 de agosto de 2011

Licor de nueces de San Juan

En un comentario en la página de El Toro, encontramos esta receta, muy fácil y con condimentos de nuestro terreno. La hemos seguido al dedillo y hemos conseguido unos litros de licor muy bueno, que parece que mejorará con el tiempo. La receta nos llega de Jotas Aragonesas Cantadas, de Caudiel.  


23/06/2011

Bueno, anoche cogimos las nueces mi chiquillo y yo, y les rezamos un Padre Nuestro, por aquello de la espiritualidad. Ah¡, Las nueces son de Carolina, a la que le agradecemos dejárselas "robar".  Rápidamente las Troceamos y las metimos en 1'5 litros de vino blanco de tetrabrik, así ya "hemos hecho lo que toca la noche de San Juan". Hoy o mañana, añadiremos el vino que me traen del bueno, y el resto de nueces que quedaron...Ojo con las nueces verdes que manchan mucho. Ah, y saltamos la hoguera claro¡



27/06/2011

Ya tenemos el vino que nos trae Loren. Seco, como recomienda Manel Guasp, Loren nos trae 10 litros de blanco macabeo. Así que esa noche, ponemos el resto de nueces y vino "en remojo". AVISO, el "suquillo" que sueltan las nueces al cortarlas, deja las manos y todo lo que toca negro y no se va en varios días. Tal vez usar unos guates tipo cirujano. Pues simplemente cortamos las nueces a trozos, y las ponemos en remojo con el vino. Por precaución, por si acaso, dejo un gran perol en la nevera, y las dos garrafas en la despensa, que está más o menos fresca. Tengo miedo que se avinagre o estropee la mezcla por el calor, de ahí que la mitad más o menos lo dejo en la nevera. Lo que dejo en las garrafas, lo dejo sin aire dentro, esto es, estrujo la garrafa hasta que no queda aire, y así la tapo. Resultado:

-1'5 + 10 litros de vino, total 11'5 litros de vino
-Unas 80 nueces cogidas la noche de san Juan y responsadas con un Padrenuestro.
-Las nueces cortadas o mezcladas con el vino, repartidas en un perol grande y un par de garrafas

La idea es esperar así 41 días. En otras versiones de esta receta hemos visto que alargan el plazo hasta 55 días. También en la receta de partida, se recomiendan 21 nueces para 5 litros de vino, y en otras 9 nueces por litro. Bueno, nuestra mezcla quedará dentro de estos límites. Ahora a esperar......




03/07/2011

Le damos un vistazo a los distintos recipientes con la mezcla. Todo parece en orden, los removemos y agitamos con energía.

20/07/2011

Le damos un vistazo a los distintos recipientes con la mezcla. Parece, como sospechaba, que una de las garrafas se ha estropeado. En una las nueces están al fondo (como debe ser), en la otra flotan, en una, son verdes, en la otra violetas, en una la garrafa normal, en la otra hinchada, en una la abro y todo bien, en la otra, es un geiser de gas... se ha hecho vino espumoso o algo así, y claro, esta no valdrá.



25/07/2011

Compro la cazalla en la destilería de Aielo de Malferit. No os perdáis esta destilería, solo el ir vale la pena. Aprovecho y me compro unos vermús para este verano; ríete de los de marca conocida.



07/08/2011

Pues preparamos la mezcla. Si no exactamente, un par de días arriba o abajo ha estado macerando lo que toca. Lo que sigue es facilísimo: 

-Antes de nada, decir que una de las garrafas se ha estropeado. Es muy extraño pues hay dos garrafas exactamente iguales en todo, guardadas en el mismo sitio y tratadas igual. Pues una de ellas se ha convertido en vino espumoso, Cava o algo así. Ya se ve que en esta las nueces flotan, y en la que está bien no. Al abrirla se comporta como una botella de gaseosa agitada. Misterios... la apartamos y seguimos con lo que ha quedado bien.

-En un barreño suficientemente grande, colamos primero con un colador gordo, y luego con uno muy fino. En mi caso incluso he puesto algodón para que no pase ni una brizna que no sea líquida. Una vez todo colado, se añade el azúcar. He usado de caña, morenito, que creo le dará un plus a la mezcla. Removemos poco a poco el líquido hasta que disuelve todo el azúcar. Y lo último, echar la cazalla que corresponda. Ya está. Poco a poco, con un embudo, lo voy embotellando. Botellas de cristal que no dejen gusto a nada.



-Me quedaron al final unos 8 litros limpios de vino macerado en nueces, a lo que añadí 1.600 kg de azúcar (+/-) y 1'6 L de cazalla. Queda un líquido pardo tirando a verde, opaco, que parece que con el tiempo se vuelve transparente, ahora no lo sé decir todavía, y está muy bueno, con fuerte sabor de fondo a anís seco. Parece también que con el tiempo mejora al asentarse, y que se debe beber a partir de los 15 días, y alcanza su optimo tras 8 meses. En casa ya nos hemos hecho unos chupitos y hemos compartido con el vecindario en las fiestas del pueblo.



-Resulta que en las cenas en la calle de las fiestas, hay un chaval que es de Linares de Mora, Santi, y ha hecho el mismo licor, y muchos otros. Hace uno de caramelos Solano para quitarse el sombrero. 
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Receta de la que partimos:

Ingredientes:

21 nueces verdes cortadas en trozos cogidas la noche de San Juan

5 litros de vino blanco

1 kg de azúcar

1 litro de cazalla

Preparación:

Este es un vino macerado con nueces verdes, que por su alto contenido en yodo, va muy bien para estimular el apetito, además de que entra muy bien y con un contenido en alcohol bastante decente.
La receta es la siguiente: Se ponen a macerar veintiuna nueces verdes, partidas a trozos, en los cinco litros de vino blanco. Según costumbres ancestrales, las nueces tienen que cogerse la noche de San Juan.
Se tiene macerando el vino durante cuarenta y un días al cabo de los cuales, se retiran los restos de las nueces y se añade un Kg. de azúcar por cada cinco litros de vino y un litro de cazalla, también por cada cinco litros de vino. El azúcar debe disolverse adecuadamente y antes de verter el cazalla, ya que de lo contrario la disolución es muy difícil debido al alto contenido en alcohol del cazalla.
Una vez terminada la operación, se puede embotellar, pero colando la mezcla obtenida, ya que las nueces disueltas dejan un poso que afea el producto.
La cazalla es un licor fuerte parecido al aguardiente y que se suele beber en Aragón. 
El resultado es más o menos de 6 litros de licor de unos 20º muy trasparente y de color ámbar oscuro.
Precio de coste: sale a 2 € cada botella de 750 CC.

lunes, 1 de agosto de 2011

Los sabinares de El Toro

29 julio, 2011 José Manuel Almerich
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En nuestra búsqueda constante por seguir practicando bicicleta en verano, el miércoles pasado recorrimos la sierra de El Toro. Mientras en la ciudad la temperatura alcanzaba a las cinco de la tarde los 37 grados, en el Toro era de 24º C. Y fue bajando a medida que ascendimos a uno de los parajes más sorprendentes y desconocidos de las montañas valencianas: la sierra de El Toro.
Pista de ascenso desde El Toro


De ella hemos hablado alguna vez, y también de su vegetación; una vegetación de altura, propia de climas fríos y reducto botánico de épocas glaciares. Lo que los científicos denominan “vegetación eurosiberiana” es un conjunto de especies adaptadas a bajas temperaturas, vientos extremos, pobreza de suelo y sequedad ambiental. Unas circunstancias que solo se dan en las sierras turolenses, en los lugares donde todavía se mantienen estas condiciones por su continentalidad y altitud.


La sierra de El Toro es una prolongación de una de estas sierras: Javalambre. Y por las montañas de la Salada, Peña Escabia y las navas de Torrijas y el Cerro de la Ceja, en la comarca de los Serranos, penetran en la Comunitat Valenciana. También por el Rincón de Ademuz, donde el Cerro Calderón, también parte de Javalambre, es la máxima altura del territorio valenciano. Como tal, estas estribaciones comparten la misma riqueza botánica y son las sabinas de montaña, o rastreras, la especie más representativa, conjuntamente con el pino rojo y el erizo o “coixet de monxa”, como se la conoce popularmente (Erinacea Anthyllis), una mata de porte almohadillado con las ramas que terminan en punta cortante, flores características de color azul – violáceo. Una planta representativa de los piornales oromediterráneos, y que florece de forma muy temprana para la alta montaña desde mayo hasta julio.
Sabinas de montaña o rastreras, un paisaje único en el mundo


Este tipo de vegetación es indicativo también de altura, puesto que cuando observamos las primeras matas tanto de coixinet como de sabinas rastreras, sabemos que hemos alcanzado los 1400 sobre el nivel del mar. Una altura importante, que llega incluso en la sierra de El Toro a los 1600 m y donde el paisaje cambia radicalmente convirtiendo el entorno en un cuadro impresionista, una inmensa piel de leopardo donde las sabinas forman las manchas irregulares pero en un equilibrio perfecto, ya que estos matorrales de sabinas protegen en su interior durante las inclemencias a pequeños mamíferos y a otras especies de plantas, en especial gramíneas que no podrían crecer en estas circunstancias.

La niebla y las bajas temperaturas son frecuentes a medida que ganamos altura


La sierra de El Toro es para disfrutarla con calma y saborear la originalidad del entorno: los corrales, mudos testigos de una forma de vida rural siguen en pie, después de haber dado cobijo a los pastores y haber resguardado durante noches enteras a los corderos recién nacidos. También algunas masías dispersas, pocas, pues estas no eran tierras fáciles de conquistar ni amables con el hombre. Los ganados, ya inexistentes en la zona, han permitido que la cubierta vegetal se recupere rápidamente, al igual que las sabinas negrales y los carrascales al haberse abandonado, desde los años cincuenta, las talas para producir carbón. El agua ha sido generosa en estos últimos años y la montaña está ahora, en su mejor momento. Las trincheras que se abrieron en los pasos abiertos de montaña y amplios collados durante la Guerra Civil, siguen visibles como grandes cicatrices que poco a poco van siendo cubiertas por la vegetación.

Restos de trincheras cubiertas por la vegetación

La ruta que proponemos no asciende a las cotas más altas. Mas bien bordea la sierra ganando altura paulatinamente a partir de la aldea de Alcotas, primer núcleo urbano de Aragón, muy cerca del linde provincial de Castellón. Partiremos de El Toro siguiendo las marcas del recientemente marcado Centro de BTT del Alto Palancia. Unos kilómetros después de dejar atrás la población, seguiremos a la derecha por una pista forestal secundaria que tras ascender durante un tramo, sigue dirección norte buscando la aldea de Alcotas y atravesando un extraordinario sabinar donde cada ejemplar tiene más de seiscientos años de antigüedad. Cruzar un bosque que ya existía en la Edad Media es un privilegio del que pocas veces podremos presumir. Algunos ejemplares de Sabinas ya estaban vivas cuando llegó Jaime I y otras soportaron también las guerras y avatares de esta montaña a lo largo de la historia.

Sabina centenaria en la sierra de El Toro

En el camino que nos guiaremos por la orientación lógica, ya que va paralelo entre la sierra por cuyos piedemontes circulamos, y la carretera entre el Toro y Alcotas, llega por fín a esta última población para, una vez atravesada, salir de ella por la carretera que va hacia Manzanera.
Una pista de tierra, ancha, en buen estado y en fuerte pendiente nos indica que es el momento de abandonar la carretera y comenzar a ascender en dirección suroeste para, una vez descartados los desvíos secundarios a la derecha (uno de ellos baja a Manzanera por la Aldea de Paraiso Alto) y enfilarnos en dirección a Pozo Junco en dura, durísima, ascensión. 


Desde allí bajaremos de nuevo al Toro, entre restos de corrales, sabinares de altura, carrascas y sabinas, de nuevo, las históricas que forman parte de nuestro patrimonio natural.
Corrales y parideras en la soledad más absoluta

Recorrer la sierra de El Toro en verano es un privilegio. Mientras necesitabamos forro polar en las alturas, a apenas una hora de coche la gente tomaba el baño en la Malvarrosa. Esta es una de las grandezas de la geografía valenciana, su diversidad y su verticalidad, su cambiante vegetación y su patrimonio cultural. Porque estas gentes, a pesar de la altura y la soledad, siguen siendo valencianas.
Texto y fotografías: José Manuel Almerich
http://blogs.comunitatvalenciana.com/btt/2011/07/29/los-sabinares-de-el-toro/